
Rendido de su rutinaria existencia, él decidió despedazar el ciclo estúpido de su realidad, exaltó el tono de su voz y le exclamó lo más fuerte que el alcanzó, poco a poco sintió como aquella melancólica y trágica historia concluía alegremente. Luego de un par de días se les vio reencontrándose con su añorada libertad la que se encontraba justo al otro lado del río.
26/01/09
2:19 AM
Nel.-